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¡Que elegancia el vuelo de la tórtola mañanera!
el aspabeo de la perdiz, allá en la sierra,
pavo real ¡cataclismo a primavera!
mientras la abubilla taconea entre la tierra.
Petirrojos ¡tiernos niños juguetones!
chapoteando sobre nácares bizarros
observados por centinelas gorriones,
con las patas alfareras en los barros.
Torcaces con el cuello acicalado,
golondrinas se engalanan la corbata
arlequín el pato descuidado,
mientras el parque se tiñe de hojalata.
Regalo celestial... ¡ni se adivina!
batiendo en un azul esmerilado
nosotros, con la Parca "tras la esquina..."
y algunos sin haberlo deleitado.
A TANTOS SERES VIVOS ¡PRECIOSOS EN LA VIDA! Y QUE A VECES NI MIRAMOS
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ResponderEliminarGracias Isidoro, palabras llenas de vida, de naturaleza, de esa belleza, la natural que nos rodea y que obviamos, ciudades, construcciones, urbanitas deshumanizados que ni sienten ni padecen, ni saben que existimos a su vera.... Bellezas insignificantes que se camuflan y perviven como pueden de la salvaje existencia. Besitos ya lo sabes llenos de sonrisas. Feliz domingo ...
ResponderEliminarMe gusta tu poesía,está llena de vitalidad, leerla me sugiere colores verdes y azules y mañanas luminosas.
ResponderEliminarUn bello poema, amigo Isidoro, dedicado a las aves y por añadidura a la belleza que nos rodea y que a veces ni la apreciamos lo suficiente. Un gran abrazo amigo toledano.
ResponderEliminarPues sí, hay que deleitarlo antes de que la Parca nos lleve, jeje, y luego que nos quiten lo bailao. Precioso poema dedicado a esa naturaleza que no se cansa de inspirarnos con su belleza. Besos alados, como esas preciosas aves.
ResponderEliminarMuy lindo toda esa naturaleza gracias por compartir nos tan lindas palabras Isodoro
ResponderEliminarMuy lindo toda esa naturaleza gracias por compartir nos tan lindas palabras Isodoro
ResponderEliminarPrecioso poema, y una bella forma de expresar que hay que disfrutar de las cosas "pequeñas" que tenemos a nuestro alcance. A mi me encanta observar a las aves, y tengo "apadrinados" a gorriones y colirrojos que vienen a comer a mi balcón... son un regalo.
ResponderEliminarUn beso enorme, Isidoro, Feliz Navidad
Cierta es la majestuosidad de las aves, observarlas es una verdadera delicia. Saludo tocallo
ResponderEliminarExcelsos versos de elegante belleza como este abanico de aves:
ResponderEliminarperdiz, pavo real, abubilla, petirrojo, gorrión, golondrina y pato, regalos celestiales que engalanas con tu gracia y proteges ante la mirada huraña del cazador que en ellos solo ve su presa.
Me han encantado tus metáforas e imágenes.
Un abrazo, Isidoro