Aferrado a la soga el aguador
"reptil espinosa cual eriza",
infringe fiera y brava su dolor
a manos flageladas su paliza,
al fin emerge el cubo por brocal
hinchado con las tripas anegadas,
resopla en sonrisas el chaval
al ultimo esfuerzo a bocanadas.
Y el agua diamantina de cristal...
Mitiga sudorosa "la aventura"
refresca las heridas cual zarzal,
regandole a la par su calentura,
después tras el descanso merecido,
el liquido, al botijo lentamente,
destino al segador entumecido
que mudo en el calor, es penitente,
divisan al muchacho...¡Angelical!
tesoro trae al fuego de su vientre,
lo abraza en ansia fiera al buen chaval
quien no reprime sonrisa grandemente,
sabiendo que su oficio no es banal
es bálsamo aferrado hacia la frente,
de aquellos en dolor descomunal,
pioneros son del pan...¡Eternamente!
Isidoro Gómez González
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Es un 10
ResponderEliminarBella temática en una fina poètica Isidoro.Muy bueno!
ResponderEliminarAquellos oficios y tu sensibilidad al describirlos... besitos Isidoro.
ResponderEliminarQué bella descripción de un noble oficio, Isidoro. Preciosos versos.
ResponderEliminarQue ganas de darle un trago al botijo!Noble oficio, sin duda, Isidoro! Un abrazo amigo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue recuerdos me trae más agradables el botijo,en casa de mi abu.
EliminarUn placer leer tu forma de hacer con las letras.
Feliz sábado, Isidro 🤗🌷
Amigas y amigos, aunque tarde por problemas en Google, os digo Muchisimas gracias por vuestra visita y comentario. Un fuerte abrazo a todas y todos.
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